Desde los tiempos más remotos de la cultura griega, la educación de los jóvenes era la gran preocupación de la clase noble y de los filósofos. Dicha educación aristocrática ejercitaba a los jóvenes para adquirir cualidades tales como fuerza física, valentía, resistencia, sagacidad, sentido del deber y del honor. La existencia de una educación destinada a promover tales valores se explica porque la clase noble griega.