Respuesta:
Esta lectura nos habla de la muerte de Juan el Bautista, que se encontraba prisionero de Herodes. Siendo este último quien mandó a un soldado a traerle la cabeza de Juan, porque la hija de Herodías se lo pidió.
La reflexión podría ser de dos cosas, tanto de Juan como de Herodes:
- Ser como Juan: Este siguió a Dios y confió en Él hasta el último momento, pese a estar encarcelado, siempre vivió su fe con alegría y sin desearle el mal a nadie.
- No ser como Herodes: Si bien es cierto, Herodes le tenía un aprecio y respeto a Juan porque este era muy humilde, santo y las enseñanzas que daba lo dejaban perplejo. Sin embargo, dejó que una mujer mundana se lo arrebatara. Como si fuera, actualmente, alguna cosa o persona que nos haga decaer en nuestra fe, arrebatándonos de ella. No dejemos que esto pase con nosotros también.
¡Espero te ayude! :3