Las propiedades intensivas son aquellas que no dependen de la cantidad de materia que posee un cuerpo. Si el sistema se divide en varios sistemas su valor permanecerá inalterable, por este motivo no son aditivas.
Ejemplos de propiedades intensivas son la elasticidad, el volumen específico (volumen ocupado por la unidad de masa), la densidad, el punto de ebullición, el punto de fusión, dureza, solubilidad, olor, color, sabor, conductividad, presión, temperatura, compresibilidad. En general, todas aquellas caracterizan a una sustancia, diferenciándose de otras.
Si se tiene un litro de agua, su punto de ebullición es 100 °C (a 1 atmósfera de presión). Si se agrega otro litro de agua, el nuevo sistema, formado por dos litros de agua, tiene el mismo punto de ebullición que el sistema original. Esto ilustra la no aditividad de las propiedades intensivas.