Respuesta :
Mitos etiológicos: son aquellos que narran o explican cómo surgió una tribu, tanto su estructura social como la territorial, así como sus costumbres, su magia, etc. Es decir, intentan explicar cómo se creó alguna institución social, un ritual, costumbre o, incluso, algún objeto en particular.
cosmogónicos: intentan expicar la creación del mundo; teogónicos, cuando se refieren al origen de los dioses; antropogónicos, relativos a la aparición del hombre; etiológicos, cuando tratan de explicar el porqué de determinadas instituciones políticas, sociales o religiosas; escatológicos, que se centran en imaginar la vida de ultratumba o el fin del mundo; morales, que suelen referirse a la lucha entre principios morales opuestos (bien-mal, ángeles-demonios). Todas estas categorías no son discriminatorias pues pueden convivir varias en un solo relato.
Mitos morales: Aparecen en casi todas las sociedades: ángeles y demonio, lucha del bien y del mal, etc. En definitiva, los inventos y las técnicas particularmente importantes para un grupo social dado se hallan sacralizadas en un mito. Los ritos periódicos contribuyen a asegurar su durabilidad y constituyen de esta forma una especie de seguro para los hombres. Las fiestas a que dan lugar, son para los hombres, ocasión de comunicarse con las fuerzas sobrenaturales y de asegurarse su bondadosidad.
Mitos escatológicos: Son los que intentan explicar el futuro, el fin del mundo; actualmente, en nuestras sociedades aún tienen amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales: los del fin del mundo por el agua, o por el fuego. A menudo tienen un origen astrológico. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales inexplicables, y que aterrorizan a los humanos.
Los mitos teogónicos relatan el origen y la historia de los dioses. La cosmogonía hesiódica bebe de fuentes babilónicas, hititas y hurritas. Con su Teogonía pretende explicar el universo como un Todo, cuyo devenir escapa al poder del hombre, a quien no queda otra opción que someterse. Hesíodo sitúa el origen en el Caos; aunque no hay unanimidad sobre su significado hoy se lo interpreta como el espacio vacío, abismo primigenio que separa la Tierra de la bóveda celeste, o bien, el acto de la separación; la versión del Caos como desorden primordial fue un añadido estoico ajeno al espíritu de la obra. La acción de Eros, principio dinámico, al unir la Tierra y los Cielos (Gea y Urano) comienza el ciclo de las generaciones divinas. En esta obra late un espíritu monoteísta cuya finalidad es mostrar el poder de Zeus como rey de dioses y señor de la Naturaleza. Estos tres elementos teogónicos, la búsqueda del origen, el dinamismo de Eros y la tendencia monoteísta, continuarán presentes en las cosmologías de muchos pensadores presocráticos, que en general, poseen ciertos elementos comunes. Otro clásico ejemplo, Atenea, surgiendo armada de la cabeza de Zeus. A veces, en las sociedades de tipo arcaico, los dioses no son preexistentes al hombre. Por el contrario, los hombres pueden transformarse frecuentemente en cosas, en animales y en dioses. Los dioses no siempre son tratados con respeto: están muy cercanos a los hombres y pueden ser héroes o víctimas de aventuras parecidas a las de los hombres.
cosmogónicos: intentan expicar la creación del mundo; teogónicos, cuando se refieren al origen de los dioses; antropogónicos, relativos a la aparición del hombre; etiológicos, cuando tratan de explicar el porqué de determinadas instituciones políticas, sociales o religiosas; escatológicos, que se centran en imaginar la vida de ultratumba o el fin del mundo; morales, que suelen referirse a la lucha entre principios morales opuestos (bien-mal, ángeles-demonios). Todas estas categorías no son discriminatorias pues pueden convivir varias en un solo relato.
Mitos morales: Aparecen en casi todas las sociedades: ángeles y demonio, lucha del bien y del mal, etc. En definitiva, los inventos y las técnicas particularmente importantes para un grupo social dado se hallan sacralizadas en un mito. Los ritos periódicos contribuyen a asegurar su durabilidad y constituyen de esta forma una especie de seguro para los hombres. Las fiestas a que dan lugar, son para los hombres, ocasión de comunicarse con las fuerzas sobrenaturales y de asegurarse su bondadosidad.
Mitos escatológicos: Son los que intentan explicar el futuro, el fin del mundo; actualmente, en nuestras sociedades aún tienen amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales: los del fin del mundo por el agua, o por el fuego. A menudo tienen un origen astrológico. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales inexplicables, y que aterrorizan a los humanos.
Los mitos teogónicos relatan el origen y la historia de los dioses. La cosmogonía hesiódica bebe de fuentes babilónicas, hititas y hurritas. Con su Teogonía pretende explicar el universo como un Todo, cuyo devenir escapa al poder del hombre, a quien no queda otra opción que someterse. Hesíodo sitúa el origen en el Caos; aunque no hay unanimidad sobre su significado hoy se lo interpreta como el espacio vacío, abismo primigenio que separa la Tierra de la bóveda celeste, o bien, el acto de la separación; la versión del Caos como desorden primordial fue un añadido estoico ajeno al espíritu de la obra. La acción de Eros, principio dinámico, al unir la Tierra y los Cielos (Gea y Urano) comienza el ciclo de las generaciones divinas. En esta obra late un espíritu monoteísta cuya finalidad es mostrar el poder de Zeus como rey de dioses y señor de la Naturaleza. Estos tres elementos teogónicos, la búsqueda del origen, el dinamismo de Eros y la tendencia monoteísta, continuarán presentes en las cosmologías de muchos pensadores presocráticos, que en general, poseen ciertos elementos comunes. Otro clásico ejemplo, Atenea, surgiendo armada de la cabeza de Zeus. A veces, en las sociedades de tipo arcaico, los dioses no son preexistentes al hombre. Por el contrario, los hombres pueden transformarse frecuentemente en cosas, en animales y en dioses. Los dioses no siempre son tratados con respeto: están muy cercanos a los hombres y pueden ser héroes o víctimas de aventuras parecidas a las de los hombres.