un poema de 30 versos

Respuesta :

Tu risa 


Quítame el pan si quieres 
quítame el aire, pero 
no me quites tu risa. 

No me quites la rosa, 
la lanza que desgranas, 
el agua que de pronto 
estalla en tu alegría, 
la repentina ola 
de planta que te nace. 

Mi lucha es dura y vuelo 
con los ojos cansados 
a veces de haber visto 
la tierra que no cambia, 
pero al entrar tu risa 
sube al cielo buscándome 
y abre para mí todas 
las puertas de la vida. 

Amor mío, en la hora 
más oscura desgrana 
tu risa, y si de pronto 
ves que mi sangre mancha 
las piedras de la calle, 
ríe, porque tu risa 
será para mis manos 
como una espada fresca. 

Junto al mar en otoño, 
tu risa debe alzar 
su cascada de espuma, 
y en primavera, amor, 
quiero tu risa como 
la flor que yo esperaba, 
la flor azul, la rosa 
de mi patria sonora. 

Ríe de la noche 
del día, de la luna, 
ríete de las calles 
torcidas de la isla, 
ríete del torpe 
muchacho que te quiere, 
pero cuando yo abro 
los ojos y los cierro, 
cuando mis pasos van, 
cuando vuelven mis pasos, 
niégame el pan, el aire, 
la luz, la primavera, 
pero tu risa nunca 
porque me moriría

El NUEVO SONETO A ELENA

Cuando estés vieja, niña (Ronsard ya te lo dijo),  

te acordarás de aquellos versos que yo decía.  

Tendrás los senos tristes de amamantar tus hijos,  

los últimos retoños de tu vida vacía...

Yo estaré tan lejano que tus manos de cera  

ararán el recuerdo de mis ruinas desnudas.  

Comprenderás que puede, nevar en primavera  

y que en la primavera las nieves son más crudas.

Yo estaré tan lejano que el amor y la pena

que antes vacié en tu vida como un ánfora plena

estarán condenados a morir en mis manos...

Y será tarde porque se fue mi adolescencia,  

tarde porque las flores una vez dan esencia  

y porque aunque me llames yo estaré tan lejano...

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VÍRESE

Hoy que danza en mi cuerpo la pasiòn de Paolo  

y ebrio de un sueño alegre mi corazòn se agita:

hoy que sé la alegría de ser libre y ser solo  

como el pistilo de una margarita infinita:

oh mujer -carne y sueño-, ven a encantarme un poco,  

ven a vaciar tus copas de sol en mi camino:  

que en mi barco amarillo tiemblen tus senos locos  

y ebrios de juventud, que es el más bello vino.

Es bello porque nosotros lo bebemos  

en estos temblorosos vasos de nuestro ser

que nos niegan el goce para que lo gocemos.  

Bebamos. Nunca dejemos de beber.

Nunca, mujer, rayo de luz, pulpa blanca de poma,  

suavices la pisada que no te hará sufrir.  

Sembremos la llanura antes de arar la loma.  

Vivir será primero, después será morir.

Y después que en la ruta se apaguen nuestras huellas  

y en el azul paremos nuestras blancas escalas  

-flechas de oro que atajan en vano las estrellas-,  

oh Francesca, hacia dònde te llevarán mis alas!

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FAREWELL

1

Desde el fondo de ti, y arrodillado,  

un niño triste, como yo, nos mira.

Por esa vida que arderá en sus venas  

tendrían que amarrarse nuestras vidas.

Por esas manos, hijas de tus manos,  

tendrían que matar las manos mías.

Por sus Ojos abiertos en la tierra  

veré en los tuyos lágrimas un día.

2  

Yo no lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre  

que no nos una nada.

Ni la palabra que aromò tu boca,  

ni lo que no dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,  

ni tus sollozos junto a la ventana.

3

(Amo el amor de los marineros

que besan y se van.

Dejan una promesa.

No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera:

los marineros besan y se van.

Una noche se acuestan con la muerte

en el lecho del mar.

4  

Amo el amor que se reparte

en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno

y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse

para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca

Amor divinizado que se va.)

5

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,  

ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada

y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos  

un recodo en la ruta donde el amor pasò.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,  

del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.  

Vengo desde tus brazos. No sé hacia dònde voy.

... Desde tu corazòn me dice adiòs un niño.  

Y yo le digo adiòs.

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MARIPOSA DE OTOÑO

La mariposa volotea  

y arde -con el sol- a veces.

Mancha volante y llamarada,  

ahora se queda parada  

sobre una hoja: que la mece.

Me decían: -No tienes nada.  

No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.  

Y pasò el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja  

llena de otoño el horizonte.  

Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: -No tienes nada.  

No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.  

El sol, ahora,  

convalece.

Todo se va en la vida, amigos.  

Se va o perece.

Se va la manò que te induce.  

Se va o perece.

Se va la rosa que desates.

También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.  

Se va o perece.

Pasò la hora de las espigas.

El sol, ahora,  

convalece.

Su lengua tibia me rodea.  

También me dice: -Te parece.

La mariposa volotea,

revolotea,

y desaparece.

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MUJER, NADA ME HAS DADO

Nada me has dado y para ti mi vida  

deshoja su rosal de desconsuelo,

porque ves estas cosas que yo miro,  

las mismas tierras y los mismos cielos,

porque la red de nervios y de venas

que sostiene tu ser y tu belleza

se debe estremecer al beso puro

del sol, del misino sol que a mí me besa.

Mujer, nada me has dado y sin embargo  

a través de tu ser siento las cosas:

estoy alegre de mirar la tierra  

en que tu corazón tiembla y reposa.

Me limitan en vano mis sentidos  

-dulces flores que se abren en el viento-

porque adivino el pájaro que pasa  

y que mojó de azul tu sentimiento.

Y sin embargo no me has dado nada,

no se florecen para mí tus años,  

la cascada de cobre de tu risa  

no apagará la sed de mis rebaños.

Hostia que no probò tu boca fina,  

amador del amado que te llame,  

saldré al camino con mi amor al brazo  

como un vaso de miel para el que ames.

Ya ves, noche estrellada, canto y copa  

en que bebes el agua que yo bebo,  

vivo en tu vida, vives en mi vida,  

nada me has dado y todo te lo debo.

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