Los tiempos del maíz abundante y barato están quedando atrás y este
vital alimento podría llenar más tanques de gasolina que estómagos
humanos. Tal tendencia la sostienen múltiples expertos e instituciones
globales, al valorar el impacto de los nuevos combustibles como
sustitutos de los derivados del petróleo. Entre estas alternativas
emergentes destaca el etanol, o agrocombustible, que continúa
obteniéndose a gran escala de trigo, arroz, caña de azúcar, maíz y
algunos tubérculos.