Independientemente de su importancia, cualquier hecho puede
ser narrado, pues narrar consiste en contar unos hechos que conducen desde una
situación inicial hasta otra final.
La narración implica, por tanto, tiempo; para
expresarle, se recurre a las formas verbales y a otros procedimientos
lingüísticos como adverbios, sintagmas nominales con función de complemento
circunstancial de tiempo, proposiciones subordinadas adverbiales temporales,
etcétera