Respuesta :
A efectos prácticos, la conciencia se refiere a la capacidad que nos indica qué estábien o mal. Estas valoraciones del instante que acontece, permiten al individuo percibirse a sí mismo como alguien capaz de modificar su entorno o por el contrario como alguien sujeto a unas restricciones que le superan. Tenemos conciencia cuando sabemos lo que está aconteciendo en nuestro Yo y otorgarle un concepto, ya en lo que es propio de nuestro mundo interior, ya en lo que es el mundo exterior que en él se refleja. La conciencia presenta algunas propiedades claramente diferenciadas: dinamismo, unidad o totalidad, subjetividad, intencionalidad y conocimiento certero. La conciencia predispone a la persona a actuar de forma equilibrada entre su cosmovisión y los hechos percibidos en el presente.
Muchas personas hablan de seguir al corazon y muchas otras creen que es una simple metafora.
Para mi vivir siguiendo al corazon es algo totalmente posible, es un camino en si mismo y siempre se puede profundizar.
El llamado del corazon esta siempre presente, desde que somos chicos. Por diversas razones aprendemos a ignorarlo y a seguir ordenes externas, que aprendemos y se graban en nuestra mente. De esa manera, lenta pero seguramente, aprendemos a ignorar ese susurro del corazon y nos anclamos en la cabeza. Nuestras decisiones, en su gran mayoria, dependen de un analisis mental de la situacion. Casi nunca nos guiamos por una corazonada o por cierto impulso.
Casi siempre tenemos que justificar nuestras decisiones. Me voy de viaje porque bla bla. Quiero verte porque bla bla. Quiero hacer esto porque bla bla. Siento ganas de irme porque bla bla.
Y siempre hay una explicacion, una razon para nuestras decisiones. Cuando en el fondo, para mi, la mayoria de esas decisiones no necesitan explicacion.
Que pasa si quiero hacer algo simplemente porque quiero hacerlo? La mente, al ser algo que aprendemos y viene de afuera, siempre necesita una justificacion. No tiene peso propio. Necesita defenderse, validarse, darse razones.
El corazon es totalmente diferente. El corazon simplemente siente. Fluye o no fluye. Es asi de facil. Una vez que nos agudizamos a escuchar el corazon sentiremos su dulce melodia cada vez durante mas tiempo. No necesitamos una brujula, una carta astral o basarnos en cosas de afuera. A veces da miedo, porque significa hacernos cargo de todo lo que vivimos. No nos basamos en nada de afuera. Pero en el fondo, cuando comenzamos a hacerlo, surge una sensacion demasiado linda. La sensacion de que estamos viviendo nuestro proposito. La sensacion de que estamos vivos. Que somos una parte de Dios que esta viviendo lo que tiene que vivir.
Para mi vivir siguiendo al corazon es algo totalmente posible, es un camino en si mismo y siempre se puede profundizar.
El llamado del corazon esta siempre presente, desde que somos chicos. Por diversas razones aprendemos a ignorarlo y a seguir ordenes externas, que aprendemos y se graban en nuestra mente. De esa manera, lenta pero seguramente, aprendemos a ignorar ese susurro del corazon y nos anclamos en la cabeza. Nuestras decisiones, en su gran mayoria, dependen de un analisis mental de la situacion. Casi nunca nos guiamos por una corazonada o por cierto impulso.
Casi siempre tenemos que justificar nuestras decisiones. Me voy de viaje porque bla bla. Quiero verte porque bla bla. Quiero hacer esto porque bla bla. Siento ganas de irme porque bla bla.
Y siempre hay una explicacion, una razon para nuestras decisiones. Cuando en el fondo, para mi, la mayoria de esas decisiones no necesitan explicacion.
Que pasa si quiero hacer algo simplemente porque quiero hacerlo? La mente, al ser algo que aprendemos y viene de afuera, siempre necesita una justificacion. No tiene peso propio. Necesita defenderse, validarse, darse razones.
El corazon es totalmente diferente. El corazon simplemente siente. Fluye o no fluye. Es asi de facil. Una vez que nos agudizamos a escuchar el corazon sentiremos su dulce melodia cada vez durante mas tiempo. No necesitamos una brujula, una carta astral o basarnos en cosas de afuera. A veces da miedo, porque significa hacernos cargo de todo lo que vivimos. No nos basamos en nada de afuera. Pero en el fondo, cuando comenzamos a hacerlo, surge una sensacion demasiado linda. La sensacion de que estamos viviendo nuestro proposito. La sensacion de que estamos vivos. Que somos una parte de Dios que esta viviendo lo que tiene que vivir.