En un comienzo, la tierra no tenía las condiciones para desarrollar una atmosfera debido a sus altas temperaturas. En algún momento las temperaturas bajaron y permitieron la formación de una corteza terrestre estable (ahora se podía solidificar la lava o materiales internos del planeta, cosa que con las temperaturas anteriores solo quedaban en estado gaseoso).
Esto creó un ambiente volcánico en el planeta, donde los gases producidos empezaron a generar lo que llamaríamos "la primera atmosfera", junto con la aparición del agua