Respuesta :
LLAGAS DE AMOR
Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.
Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lúbrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacrán que por mi pecho mora.
Son guirnalda de amor, cama de herido,
donde sin sueño, sueño tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.
Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazón valle tendido
con cicuta y pasión de amarga ciencia.
Versos a la tristeza de Buenos Aires-Alfonsina Storni
Tristes calles derechas, agrisadas e iguales
Por donde asoma , a veces, un pedazo de cielo,
Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo.
Me apagaron los tibios sueños primaverales.
Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada
En el vaho grisáceo, lento que las decora.
De su monotonía mi alma padece ahora
-¡Alfonsina!-No llames. Ya no respondo a nada.
Si es una de tus casas,Buenos Aires, me muero
Viendo en días de otoño tu cielo prisionero
No me será sorpresa la lápida pesada.
Que entre tus calles rectas, untadas de su río.
Apagado, brumoso, desolante y sombrío,
Cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.
Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.
Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lúbrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacrán que por mi pecho mora.
Son guirnalda de amor, cama de herido,
donde sin sueño, sueño tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.
Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazón valle tendido
con cicuta y pasión de amarga ciencia.
Versos a la tristeza de Buenos Aires-Alfonsina Storni
Tristes calles derechas, agrisadas e iguales
Por donde asoma , a veces, un pedazo de cielo,
Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo.
Me apagaron los tibios sueños primaverales.
Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada
En el vaho grisáceo, lento que las decora.
De su monotonía mi alma padece ahora
-¡Alfonsina!-No llames. Ya no respondo a nada.
Si es una de tus casas,Buenos Aires, me muero
Viendo en días de otoño tu cielo prisionero
No me será sorpresa la lápida pesada.
Que entre tus calles rectas, untadas de su río.
Apagado, brumoso, desolante y sombrío,
Cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.
MI ABRAZO
Doy mi abrazo a la autora de mi vida,
así mismo, a mi padre, el noble amigo,
a mi hija que me abraza enternecida,
que ahora se complace en darme abrigo.
A mis amigos trato con ternura,
les expreso que son mi fiel tesoro,
mi cielo azul colmado de hermosura,
el amor de mi DIOS que tanto adoro.
Abrazo a mi Maestro con cariño;
al anciano, la anciana, al pordiosero
y al enfermo que sufre cruel tortura.
A todos los abrazo igual que al niño
a quien doy amistad, mi amor entero,
y así le resto al mundo su amargura.
Adolfo González Hernández
El Salvador, Centroamérica.
Doy mi abrazo a la autora de mi vida,
así mismo, a mi padre, el noble amigo,
a mi hija que me abraza enternecida,
que ahora se complace en darme abrigo.
A mis amigos trato con ternura,
les expreso que son mi fiel tesoro,
mi cielo azul colmado de hermosura,
el amor de mi DIOS que tanto adoro.
Abrazo a mi Maestro con cariño;
al anciano, la anciana, al pordiosero
y al enfermo que sufre cruel tortura.
A todos los abrazo igual que al niño
a quien doy amistad, mi amor entero,
y así le resto al mundo su amargura.
Adolfo González Hernández
El Salvador, Centroamérica.