Respuesta :
El paisajista
En un lejanísimo país, del que muy poca gente tenía conocimiento, vivía un emperador al que sus enormes obligaciones, le impedían poder ir a descubrir las nuevas tierras conquistadas por sus ejércitos. Apenado ante tal contratiempo, mandó llamar al mejor pintor del reino, para que visitara sus nuevos dominios y los reflejara en tantos cuadros como fuera posible.Tras un largo viaje, en el que nuestro pintor quedó maravillado por la belleza de aquellos parajes, retorno al palacio del emperador, tal y como se había marchado. Al verlo regresar con las manos vacías, el máximo dirigente montó en una terrible cólera.Sin inmutarse lo más mínimo por los improperios lanzados por el emperador, el pintor pidió a los sirvientes, que buscaran el cuadro más grande que pudieran encontrar. Una vez que lo tuvo todo dispuesto, comenzó a pintar sin descanso, todo aquello que sus ojos habían visto. Acto seguido, llamó al emperador, para contarle con pelos y señales, como era cada rincón de su nuevo reino.Terminada la exposición y sin que nadie se diera cuenta, el pintor se introdujo por el camino que aparecía en primer término, desapareciendo, al igual que su obra, a los pocos minutos sin dejar el más mínimo rastro,
En un lejanísimo país, del que muy poca gente tenía conocimiento, vivía un emperador al que sus enormes obligaciones, le impedían poder ir a descubrir las nuevas tierras conquistadas por sus ejércitos. Apenado ante tal contratiempo, mandó llamar al mejor pintor del reino, para que visitara sus nuevos dominios y los reflejara en tantos cuadros como fuera posible.Tras un largo viaje, en el que nuestro pintor quedó maravillado por la belleza de aquellos parajes, retorno al palacio del emperador, tal y como se había marchado. Al verlo regresar con las manos vacías, el máximo dirigente montó en una terrible cólera.Sin inmutarse lo más mínimo por los improperios lanzados por el emperador, el pintor pidió a los sirvientes, que buscaran el cuadro más grande que pudieran encontrar. Una vez que lo tuvo todo dispuesto, comenzó a pintar sin descanso, todo aquello que sus ojos habían visto. Acto seguido, llamó al emperador, para contarle con pelos y señales, como era cada rincón de su nuevo reino.Terminada la exposición y sin que nadie se diera cuenta, el pintor se introdujo por el camino que aparecía en primer término, desapareciendo, al igual que su obra, a los pocos minutos sin dejar el más mínimo rastro,