Respuesta :
Cuando el rey Euristeo dijo a Hércules "Ve al Infierno y tráeme al Can Cerbero", comprendió que el rey le proponía quizás el trabajo más peligroso de todos.Obediente, Hércules partió en busca de las regiones infernales; pasó por montes inaccesibles, atravesó inmensos pantanos, ríos pútridos y espantosos, y llegó por fín a las puertas del reino infernal, en cuyo umbral ladraba horriblemente Cerbero, el perro de las tres cabezas con lenguas que arrojaban llamas.Hércules no se asustó por aquellos terribles ladridos, que harían morir de miedo a cualquier mortal que los oyese; agarró con su mano de hierro la garganta del can y se la estrechó casi hasta ahogarlo. Sintiéndose morir, el terrible monstruo consintió en seguir al héroe.Cuando Euristeo, que era tímido y miedoso, vió llegar ante su presencia a Hércules, que llevaba encadenado al perro infernal, comenzó a temblar como una hoja y le gritó: -¡Llévate ese mostruo infernal, llévatelo!Heracles sonrió despectivamente, y sin replicar, fue a dejar el perro en el umbral del infierno, donde allí sigue.