Respuesta:
El viento golpeaba nuestros rostros. ...
El sabor de esos labios me habla de cerezas. ...
Lleno de arrugas, sí, pero ese rostro era hermoso: la sonrisa mostraba que el paso del tiempo había dejado una vida plena. ...
Sé que el agua no tiene gusto pero con la sed que teníamos, allí parecía muy dulce y sabrosa.