Respuesta :
Había una vez un joven pastor que vivía
en una aldea muy tranquila. El joven, que no tenía familia, tenía la fea costumbre de
decir mentiras.Una vez el joven pastor, cuando estaba cerca la villa, alarmó a los
habitantes tres o cuatro veces gritando
-¡El lobo, el lobo!
Pero cuando los vecinos llegaban a ayudarle, los campesinos encontraron al pastorcito
revolcándose en el pasto muerto de la risa.
Días después el pastorcito gritó: ¡El lobo, el lobo!.
Nuevamente los pastores salieron de sus casas para perseguir al animal pero en vez del
animal se encontraron con el pastorcito que otra vez se burlaba de sus buenas intenciones,
Sin embargo, semanas después un grande y feo lobo llegó a la villa y comenzó a
atacar a las ovejas del pastorcito, quien, lleno de miedo, gritaba:
- Por favor, vengan y ayúdenme; el lobo está matando a las ovejas.
Pero ya nadie puso atención a sus gritos, y mucho menos pensar en acudir a auxiliarlo.
Y el lobo, viendo que no había razón para temer mal alguno, hirió y destrozó a su
antojo todo el rebaño.
La moraleja es que al mentiroso nunca se le cree, aun cuando diga la verdad
Respuesta:
Erase una vez un pastorsito que tenia 100 ovejas. Un dia se le ocurrio decir que venia un lobo a comerse sus ovejas. Todos salieron a ayudarle pero era mentira del pastorsito. Otro dia paso igual y todos salieron ayudarle y era mentira. La tercera vez si era verdad, ¡Venia un lobo!. El grito: ¡Auxilio! ¡Auxilio!. Pero nadie salio a ayudarle por que no le creyeron. Tristemente el pastorsito mentiroso y sus ovejas fueron atacados por el lobo
Moraleja:
No debemos mentir a los demás, debemos decir la verdad siempre, decir mentiras hace que la gente ya no tenga confianza en nosotros.