HISTORIA DEL CHULLITA QUITEÑOSe le caracteriza al chulla porque siempre andaba bien vestido, aunque fuese con el
único terno que tenía. Inclusive, debajo de su levita, el cuello, la pechera y los puños de la camisa estaban unidos por cordones, aunque esto nunca llegó a probarse. Como complemento de su atuendo llevaba un sombrero arriscado, con las alas vueltas hacia arriba.El chulla quiteño era incumplido como él solo, pues en un Quito con lentos aires de aldea todo el mundo se había acostumbrado a vivir sin apuro; veía con cinismo sus propias desgracias y gozaba inventándose apellidos ilustres, viajes increíbles y fortunas derrochadas. Una de sus manías era la de fabular, por lo que se dice que muchos de otras regiones del país, con solo saber que era un chullita, terminaban por no creerle ni lo que pisaba, mientras que otros, se apropiaron de su mundo imaginario e hicieron del chulla objeto de su admiración.