Respuesta:
Una vez, en mi cumpleaños, me regalaron un zombi. Mis desgracias eran dos: la primera, que mi cumpleaños caía —y sigue cayendo— a mitad de las vacaciones de verano —aunque ahora no tengo vacaciones de verano—, y la segunda, que yo no tenía amiguitos). ...
Explicación:
espero que esto te ayude.