Respuesta :
El proceso de formación de
orina es un proceso continuo. Esta orina formada va a pasar desde la pelvis
renal a la vejiga a través de los uréteres. Estos uréteres poseen musculatura
lisa dispuesta en haces. La orina es llevada desde el riñón a la vejiga mediante contracciones
peristálticas de la musculatura de los uréteres. Estas
contracciones peristálticas ocurren de una a cinco veces por minuto de tal modo
que la orina entra en la vejiga con cada contracción peristálticas. En los
uréteres no hay esfínteres pero los uréteres tienden a mantenerse cerrados
(exceptuando patologías) excepto durante cada onda peristáltica. Por esto el
reflujo de orina desde la vejiga a los uréteres no existe.
La vejiga posee también músculo liso dispuesto
en haces, al igual que en los uréteres. El músculo de la vejiga se llamadetrusor y su contracción es la causa
principal del vaciamiento de la vejiga durante la micción. Pero la vejiga
presenta dos esfínteres. Uno es el esfínter ventral interno y otro es el
esfínter uretral externo que ya está situado en la uretra. A medida que el líquido
penetra en la vejiga la presión en ella aumenta pero por ser músculo liso la
presión va a volver prácticamente a su punto primitivo hasta que llega un
momento en el que el volumen determinado intravesical (400 ml), la presión se
dispara y por lo tanto sufre un incremento rápido, se sienten contracciones de
tipo doloroso y tiene lugar la micción.
Este es un acto involuntario en niños y en ciertas enfermedades pero en adultos
se inicia voluntariamente porque en la vejiga existen unos receptores de
distensión, receptores que a través de unos nervios llevan los estímulos desde
la pared vesical a la médula y de ahí a centros nerviosos superiores. Hay una
gráfica que relaciona el volumen intravesical con la presión intravesical y que
se llama citometrograma.
Cuando la vejiga
se va llenando aparecen muchas contracciones miccionales dolorosas. Estas
contracciones son producidas por el reflejo de distensión iniciado en los
receptores sensitivos de distensión de la pared vesical. Las señales generadas en
estos receptores llegan a los segmentos sacros de la médula (S2 y S3) a través
de unos nervios, los nervios pélvicos, para volver a la vejiga de forma refleja
por fibras nerviosas parasimpáticas. Si la vejiga está parcialmente llena las
contracciones miccionales se relajan espontáneamente; el músculo detrusor deja
de contraerse. Pero a medida que la vejiga se va llenando estos reflejos se
hacen más frecuentes y provocan contracciones mayores del músculo de la vejiga.
Además, una vez
desencadenado el reflejo de la micción este reflejo es autogenerado, lo que
quiere decir que cada vez es más intenso. Pero después de cierto tiempo este
reflejo autogenerado se fatiga, cesa el ciclo de autogeneración y la vejiga se
relaja. Cuando el reflejo de la micción alcanza una potencia suficiente el
mismo provoca otro reflejo que va por los nervios pudendos y este reflejo va al
esfínter externo, inhibiendo el esfínter y si esta inhibición es más potente a
nivel del encéfalo que las señales voluntarias de contracción del esfínter, se
produce la micción (en niños o determinadas enfermedades).
Pero este reflejo de
micción que va por los nervios pudendos puede ser inhibido o
facilitado por los centros encefálicos. Estos centros encefálicos tienen varias
funciones sobre la micción:
1.
Mantener inhibido parcialmente el reflejo de la micción salvo que
deseemos realizarla.
2.
Pueden evitar la micción incluso en presencia del reflejo manteniendo el
esfínter externo contraído.
3.
Cuando llega el momento adecuado estos centros pueden facilitar la
micción.
Por lo tanto, en la micción voluntaria que está controlada por impulsos
corticoespinales, los reflejos espinales básicos sufren una facilitación y al
mismo tiempo se contraen voluntariamente los músculos abdominales penetrando en
la vejiga una nueva cantidad de orina. Esto estimula a
los receptores y, por lo tanto, se
excita el reflejo de la micción y al mismo tiempo se inhibe el esfínter uretral
externo y la orina sale.
Por
lo tanto la micción voluntaria la situamos en una capacidad aprendida para
mantener el esfínter uretral externo en estado de contracción. Pero no solo es
aprendida sino que es también condicionada; después de la micción la uretra femenina
se vacía por gravedad pero la orina que permanece en la uretra masculina tiene
que ser expelida y es expelida mediante contracciones del músculo bulbouretral
(no se vacía por gravedad).
Después de la producción de orina por los riñones, esta recorre los uréteres hasta la vejiga urinaria, donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de la uretra, mediante lamicción.
Las funciones de la orina influyen en la homeostasis como son:Eliminación de sustancias tóxicas producidas por el metabolismo celular como la urea.Eliminación de sustancias tóxicas como la ingesta de drogas.El control electrolítico, regulando la excreción de sodio y potasio principalmente.Regulación hídrica o de la volemia, para el control de la tencion arterial.Control del equilibrio acido-base