Respuesta :
El aprendizaje humano, en todas sus dimensiones, se configura a través de la acción, que es fundamentalmente simbólica (los símbolos tienen un significado convencional que el sujeto adquiere con su acción, aprendiendo el significado que dichossímbolos tienen para los demás). Evidentemente, el lenguaje surge en la acción y enel lenguaje se entroncan la sociedad y el proceso educativo (Oliva, 1999). Cada campo de conocimiento construye sus códigos (las matemáticas, la lógica simbólica, laquímica, la música, entre otros) pero ninguno, tal como afirma Barrenechea (1991 referido en Condemarín, 2002), puede prescindir del lenguaje ordinario, el cual es elúnico capaz de hablar de todos los saberes y de sí mismo. El lenguaje, evidentemente, es construido y reconstruido constantemente por los integrantes de una sociedadcon la intención de cumplir la mayor parte de sus funciones comunicativas: los actosde habla desempeñan un papel importante, en tanto instrumentos, para satisfacer lasnecesidades que cada momento histórico genera en los distintos escenarios culturales. En la actualidad, por ejemplo, es evidente que se han diversificado las prácticassociales relacionadas con el uso del lenguaje escrito, ya que, tal como señalan McKenna y Reinking (1999), "nos estamos adentrando en un mundo postipográfico enel cual el texto impreso irá perdiendo preeminencia". A la luz de las nuevas tecnologías, se perfila un concepto distinto de alfabetización que incluye la adquisición deotras destrezas: la capacidad para escribir y enviar un mensaje electrónico, leer y escribir documentos en formato hipermedial, buscar y seleccionar información enInternet, etc. (Bolter, 1998).En síntesis, alfabetizarse significa disponer de una auténtica herramienta socialpara la comunicación humana. Por tanto, los procesos de enseñanza que organicensecuencias didácticas que propongan leer y escribir con ajuste a distintas intenciones desde los primeros años de escolaridad, facilitarán a los aprendices, en tanto lespermiten desarrollar sus capacidades lingüísticas y comunicativas, una futura integración a la comunidad de lectores y escritores