Diferentes
experimentos, comenzados a principios del siglo XX, nos fueron llevando
a comprender en forma cada vez más completa cómo es la estructura de
los átomos, es decir, cómo están formados.
En las primeras
interpretaciones del átomo, a comienzos del siglo XX, se lo pensó como
un pequeño sistema solar, con un núcleo central muy pequeño y pesado y
partículas llamadas electrones que están dando vueltas alrededor del
núcleo a gran velocidad. El núcleo es considerablemente más pequeño que
el átomo al que pertenece, en forma parecida a que el diámetro del Sol
es muchísimo menor que el diámetro de la órbita de Plutón, que podría
ser considerada como el tamaño de nuestro sistema solar entero.