régimen de esclavitud —por ejemplo en la antigua Roma— en forma
de expoliación directa, imposición de tributos a los pueblos sometidos y
comercio de esclavos. Bajo el imperialismo, la explotación colonial se
caracteriza por sus dimensiones, incomparablemente mayores (pues los
imperialistas esclavizan a la inmensa mayoría de la población mundial)
así como por la aparición de nuevos métodos de opresión, en gran medida
velados, más no por ello menos duros. Los imperialistas utilizan
ampliamente en el comercio colonial el intercambio no equivalente,
creando las denominadas “tijeras de los precios”: en los países
coloniales y dependientes venden sus mercancías a altos precios de
monopolio y compran a precios bajos las materias primas la fuerza de
trabajo y otras mercancías.