Una idea. En un papelito la voy a citar a la salida de la escuela, así ella sentirá curiosidad y estará en la puerta. Si está con sus amigas yo nomás paso de largo, al cabo que no sabe que soy yo el del papel. La cosa es hacer que lea. No, la cuestión es dárselo. Con qué pretexto me le acerco. No.
Mejor me pongo a jugar fútbol en el receso. Al menos no tendré que pensar en ella. Ya mencioné que mañana será otro día. Sí. El balompié hace que te olvides de los problemas. Así justifica mi papá los sábados de televisión. Quizás por alguna vez en su vida tenga razón.