El poeta se dirige a Roosevelt al cual ve como una amenaza a “La
América ingénua”. Lo presenta como “cazador” en referencia específica a la
pasión por la caza del estadista y simbólica a su política de expansionismo agresivo.
La
invocación “voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman” explica el tono
predicador en que ha de dirigirse al Roosevelt contradictorio en cuyo carácter
predomina Nemrod, el cazador legendario, símbolo de la tiranía.
Los
Estados Unidos están personificados explícitamente en Roosevelt, la acusación
se hace específica y el carácter de Hispanoamérica, tal y como se va a
desarrollar más tarde en el poema, queda recapitulado en la segunda parte de la
estrofa: