Necesitas primero un alambre delgado, una aguja o alfiler sería lo ideal, pero tiene que ser de desecho, así que como mal consejo puedes romper una aguja por la mitad y ya lo tienes.
Necesitas también corcho o un pedazo de una botella de plástico, que es más fácil de conseguir.
Necesitas un imán y un bote con agua.
Toma la aguja o el alambrito, y frota una de sus puntas muchas veces sobre el imán. Una vez que esté imantada (que se quede pegada en alguna superficie metálica), recorta un pedacito de botella de plástico de 2cm X 4cm aproximadamente y encaja en él la aguja. Házla flotar en agua y la punta imantada apuntará al norte.
¡Listo! tienes una brújula ecológica que te ayuda a saber dónde está el norte.