La historia de las especies introducidas por el ser humano en Galápagos, y el consiguiente comienzo de la degradación de sus ecosistemas, se remonta a los primeros visitantes. Balleneros y piratas introdujeron especies como ratas, cabras e insectos, pero no fue sino hasta la segunda mitad del Siglo XX que, con el incremento poblacional de las islas, el flujo de especies invasoras comenzó de lleno. A principios de la década de 1950 había aproximadamente 1.340 habitantes en las Islas Galápagos.
El sector agropecuario de Galápagos sintió los efectos de la dolarización. Los precios de insumos y los costos de transportación influyeron para que la producción agrícola de la provincia sea mínima y deficiente para abastecer al mercado local.
Los ganaderos son los primeros afectados: Hay un promedio de 12.000 cabezas de ganado (casi una por cada habitante de Santa Cruz) que forma parte de una sobreproducción.