Esa es la gran ventaja que el diablo tiene con nosotros: cuando somos llevados por el dolor que sentimos por la ofensa recibida, y lo ponemos por encima del valor del perdón que emana de la Cruz de Cristo. Esto tiene que cambiar.Cuando el valor del dolor recibido lo hacemos mayor que el valor del perdón de la Cruz, entonces infravaloramos la obra de Cristo en realidad.