| Pequeña Oda al Instante Perfecto
Afuera aguardan el deber,
la angustia
,mientras, sentado, alargo los minutos
con un libro en las manos.
No leo o leo muy poco.
Pienso, divago, sueño.
No me apresuro.
A veces oigo que me llaman,
suavemente,sin rigor,sólo con una pizca de inquietud.
Pierdo el tiempo y no me remuerde.
Justificado por la necesidad
y al abrigo de toda
censurame siento,
por fin, libre y solo.
eso te puede ayudar