necesito la influencia de la globalizacion cultural y de la sociedad de consumo en las formas de religiosidad de los salvadoreños...

gracias



Respuesta :

1. El consumismo, pauta cultural
Pocos datos más configuradores de las conciencias y los hábitos en 
nuestras sociedades del primer mundo que el dinamismo consumiste 
que nos envuelve y arrastra. Pero sus raíces sociales son muy 
profundas: es todo un sistema de producción, que busca el beneficio 
económico privado e inmediato, el que necesita e incita al consumo 
incesante. De los hábitos psicológicos pasamos a los mecanismos 
sociales, y la maraña en que nos encontramos gana en espesor.
Quiero dejar claro que, para un cristiano, la realidad material es 
buena y está al servicio del hombre. La salvación no consiste en 
liberar un principio espiritual bueno de una materia mala. Jesús ni 
huye al desierto ni parece muy preocupado por purificarse de las 
impurezas contraídas en la vida cotidiana; tampoco practica el 
ascetismo riguroso de otros grupos judíos, hasta el punto de que le 
reprochan ser "comilón y borracho, amigo de pecadores y publicanos" 
(Mt 11,19). Precisamente porque no absolutiza nada, el cristiano 
tampoco demoniza el consumo, y debe saber discernirlo en cada caso 
con libertad y conciencia solidaria.
El problema surge cuando las cosas subyugan al hombre hasta 
envilecerle e insolidarizarlo. El consumismo hunde sus raíces en algo 
muy real, que son las necesidades humanas, pero exacerbando el 
afán de poseer, dominar y gozar de forma inmediata. Se establece, 
además, una especie de mímesis social, de modo que se crea una 
enorme frustración si no se obtienen las cosas que otros poseen y 
porque resultan necesarias para conseguir el reconocimiento social. 
Es el mecanismo psico-social de la moda. Se interioriza como pauta 
en la consideración propia lejos de la hipocresía que denuncia Jesús 
y que valora la filacteria larga, el ademán ampuloso, el primer puesto, 
aunque por dentro se esté lleno de carroña y podredumbre.
Esta virtud respecto de los bienes materiales se extiende hasta 
abarcar todas las dimensiones de la vida, configurando toda una 
cultura. Se ve en el otro la posibilidad de gratificación inmediata de los 
propios deseos. Se depreda la naturaleza. Viajar es una actividad 
industrializada como consumo que no profundiza en las huellas del 
pasado, en la idiosincrasia del presente, en sus particularidades y 
problemas. Se rinde culto al presente y al placer inmediato.
¿Cómo se puede ser cristiano en la sociedad consumista? ¿Qué 
exigencias y qué posibilidades ofrece el evangelio de Jesús en esta 
situación?

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