Respuesta :
Los presocráticos se dedicaron a un estudio centrado en el cosmos, intentando explicar en su mayoría un principio único y rector del mismo, Para Anaxímenes sería el viento (cosa que según leí en el libro de filosofía "Gigantes de la filosofía - Oriol Fina", habría descubierto silbando, viendo como a medida que uno reducía el espacio por donde salía el aire, éste era más frío, de lo cual dedujo que a medida que reduciéramos el viento este iría condensándose y formando todas las cosas que conocemos), Heráclito por su parte postuló el fuego, Tales el agua y Anaximandro (quizás el menos inocente) lo indefinido, o el infinito.
Te cito un pequeño fragmento:
¿Pero por qué elegir al aire como arjé y no al fuego, a la tierra, o al agua? Probablemente Anaxímenes encontró en el aire empírico una serie de propiedades que desempeñarían mejor que otros elementos las funciones de arjé.
En primer lugar la invisibilidad y la infinitud del aire. Según noticia de Hipólito (Ref. I 7, 3) el aire “cuando es perfecto es imperceptible a la vista”. El aire es infinito pero determinado. Pero la determinación del aire es más abstracta a los sentidos que la del agua: es invisible como el ápeiron. Tanto es así que se confunde con el vacío y su existencia como cuerpo no será demostrada hasta tiempos de Empédocles y Anaxágoras (experimento de la clepsidra). El aire es infinito y “abarca todo el cosmos” (Aecio, I 3, 4) pues el aire empírico parece no tener límites, ocupa una vasta región del mundo ya desarrollado y penetra todas las cosas (los huecos de la Tierra están ocupados por el aire): la omnipresencia extensiva del aire empírico es mayor que la del agua. El aire es además un principio activo y en movimiento (empuja los barcos, encrespa las olas, arrasa los poblados, etc.).
Te cito un pequeño fragmento:
¿Pero por qué elegir al aire como arjé y no al fuego, a la tierra, o al agua? Probablemente Anaxímenes encontró en el aire empírico una serie de propiedades que desempeñarían mejor que otros elementos las funciones de arjé.
En primer lugar la invisibilidad y la infinitud del aire. Según noticia de Hipólito (Ref. I 7, 3) el aire “cuando es perfecto es imperceptible a la vista”. El aire es infinito pero determinado. Pero la determinación del aire es más abstracta a los sentidos que la del agua: es invisible como el ápeiron. Tanto es así que se confunde con el vacío y su existencia como cuerpo no será demostrada hasta tiempos de Empédocles y Anaxágoras (experimento de la clepsidra). El aire es infinito y “abarca todo el cosmos” (Aecio, I 3, 4) pues el aire empírico parece no tener límites, ocupa una vasta región del mundo ya desarrollado y penetra todas las cosas (los huecos de la Tierra están ocupados por el aire): la omnipresencia extensiva del aire empírico es mayor que la del agua. El aire es además un principio activo y en movimiento (empuja los barcos, encrespa las olas, arrasa los poblados, etc.).