la explotación de los tiburones grandes a nivel mundial en las últimas década se debe sobre todo por la creciente demanda de aleta y carne de tiburón, aunque también porque los escualos se convierten en pesca accidental' durante otras capturas. De hecho, según un informe de la organización ecologista Oceana, cada año alrededor de 200 millones de tiburones caen en las redes de los barcos pesqueros, ya sea de manera intencionada o accidental.