La Contrarreforma católica fue una reacción al gran cisma de Occidente, surgido a partir de la Reforma Protestante y tuvo como principio sustancial la defensa de la fe católica del avance de los movimientos reformistas europeos.
Los elementos que se dispusieron para llevar a cabo la nueva misión evangelizadora, consistieron en una fortalecida Inquisición y en la creación de la Compañía de Jesús y otras órdenes de signo militar.
Por otro lado, la Iglesia intentó reconciliar a aquellas creencias reformistas más cercanas y menos influidas por la política, mediante concilios y sínodos realizados a fin de proveer una doctrina manifiesta común.
