El levantamiento de Rumi Maqui estaba dirigido en contra de los terratenientes usurpadores de tierras y las abusivas autoridades locales, que buscaban monopolizar la producción y comercialización de la lana a expensas de las comunidades campesinas.
Los particularmente significatico de esta rebelión era su combinación de obejtivos socieconómicos, con una agenda política que enfatizaba una mayor autonomía y un discurso milenarista que subrayaba la "indianidad".
Sin embargo, según Jacobsen, este último recurso no era un retroceso romántico o atávico a la época incaica, como a veces se ha sugerido. Era, más bien, un medio a través del cual fortalecer la comunidad frente a los esfuerzos de una élite gamonal de catalogar a los indios en términos racistas como "bárbaros", a fin de justificar sus propios intentos de imponer una nueva dominacion neocolonial, dura y explotadora a los nativos andinos en el contexto de la bonanza del comercio lanero.