No hay duda de que Alfonso Cortés es uno de los más importante poetas del continente, su obra trasciende cualquier racionalismo; esta misma obra que se busca analizar, Ventana, constituye una magnífica pieza en la que se encara el poeta con su condición esquizofrénica.
Cortés revela en el primer verso su anhelo por la libertad, encerrado como estaba en la casa de su amigo Rubén Darío, no es de extrañar que su mayor deseo fuera salir a pasear por las calles de su ciudad.
En el segundo verso confiesa libremente sus delirios, advierte al lector de las voces que oía y de sus respuestas a viva voz.
En el último de los versos Cortés deifica la locura como una condición de la que no puede librarse, por más consciente que se ha hecho de ella.
Es un poema crudo y característico del vanguardismo latinoamericano, una joya para los nicaragüences.
