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Directa e indirectamente, en Mundo Abierto hemos comentado sobre la política internacional llevada a cabo en su momento por los EE UU y la ex-URSS durante el periodo de la “Guerra Fría” y el mundo bipolar. En esta ocasión queremos dar una vista panorámica sobre los acontecimientos que desembocaron en la invasión soviética a Hungría en 1956 y los que dieron lugar a la invasión norteamericana a la República Dominicana en 1965 dentro del marco de la “Guerra Fría”.
Desde el análisis comparativo de ambos acontecimientos podemos encontrar una serie de semejanzas entre ambos hechos, así como también, naturalmente, una serie de diferencias, tomando siempre como punto de partida los elementos de política interna y los de política internacional que influyeron en el desenlace de ambas invasiones dentro de la política de la “Guerra Fría”.
Ambos levantamientos, la húngara de 1956 y la dominicana de 1965, estaban destinados a fracasar ya que en el mundo bipolar la ubicación geográfica de ambos países, Hungría y la República Dominicana, se enmarcaban dentro del área de esfera de intereses de las potencias que dominaban el mundo bipolar de entonces: los EE. UU. y la URSS.
Un papel importante en los acontecimientos aquí analizados lo jugaron las doctrinas que sostenían los EE. UU. y la URSS. En el caso húngaro, aunque Jruschov sostenía, en teoría, la política de “coexistencia pacífica”, la dirección soviética no hubiera permitido un cambio político en un país que colindaba con sus fronteras; los EE. UU., por su parte y tras el triunfo de la Revolución cubana, los acontecimientos de Bahía de Cochinos (1961) y la crisis de los misiles de 1962, nunca hubieran permitido el nacimiento de otra Cuba en el Caribe, aunque la situación dominicana, y sus dirigentes, diferían mucho de lo cubano
La situación internacional antes del ‘56 húngaro y del ‘65 dominicano
Los acontecimientos de Hungría de 1956 estuvieron precedidos por una serie de sucesos que marcarían el llamado periodo del “deshielo” durante la dirección de Jruschov, pero que en realidad, y a pesar de algunas tímidas reformas, seguían representando la política expansionista o de mantenimiento de la esfera de influencia de la dirección soviética.
En marzo de 1953 murió Stalin con lo cual Jruschov toma el poder y tras el XX Congreso del PCUS logra afianzar su posición y criticar la forma arbitraria, dictatorial y totalitaria de los métodos de terror de Stalin. Ese mismo año de 1953 tiene lugar la crisis en Alemania Oriental. Pero los acontecimientos que marcaron mayores hitos serían los de Polonia y los de Hungría en el mismo año de 1956.
Tras el XX Congreso del PCUS, en febrero de 1956, en el cual Jruschov criticó la dictadura de Stalin, aunque no utilizando esta terminología, sino abuso de poder, desviación de la dirección comunista, culto a la personalidad, etc., en varios países de Europa Oriental se creyó que soplarían nuevos vientos.
Los polacos vieron en Gomulka el símbolo de la oposición a la URSS. Mas, y bajo la amenaza de una intervención armada en Polonia por el ejército soviético, para evitar males mayores Gomulka se comprometió a ser un gobierno fiel al bloque liderado por la URSS. Con este paso Gomulka evitó el derramamiento de sangre que tendría lugar en Hungría unos días más tarde.
Lo que se inició como una manifestación de apoyo por parte de los húngaros hacia los polacos en poco tiempo se convirtió en una revuelta popular que acabaría con la intervención de las fuerzas soviéticas.
En el caso dominicano los acontecimientos internacionales que influirían en la posterior invasión norteamericana de 1965 están estrechamente relacionados con los ocurridos en la vecina Cuba: Bahía de Cochinos (Playa Girón) de 1961 y la crisis de los misiles, la mayor, quizá, de todo el periodo de la “Guerra Fría” ya que directamente se enfrentaron la URSS y los EE. UU.
Tras este conflicto con Cuba era natural para la política norteamericana el impedir cualquier tipo de acción que amenazara sus intereses en el Caribe, zona que, al fin y al cabo, era esfera de influencia de los EE. UU. Y entonces surgió la crisis dominicana.
Durante 31 años (1930-1961), la República Dominicana estuvo regida por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina. Este, que tomó el poder a través de la violencia, había sido un producto de los marines norteamericanos que ocuparon el país entre 1916-1924. En mayo de 1961 el dictador fue ajusticiado, iniciándose un periodo de caos y anarquía en el país.
En diciembre de 1962 se convocaron elecciones libres tras varias décadas, resultando vencedor el candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Juan Bosch. Tras 31 años de dictadura era natural que algunas medidas del nuevo gobierno atentaran al status quo existente anteriormente. En marzo de 1963 se proclamó una nueva Constitución, la cual no fue muy aceptada por varios círculos. Luego se pasó a actos concretos en contra del gobierno bajo la acusación de infiltración y orientación comunista. De esta forma, en septiembre de ese mismo año de 1963 la República Dominicana, y el mundo, se despertó con el golpe de Estado al Gobierno de Bosch efectuado por la jerarquía de las Fuerzas Armadas Dominicanas. Los posteriores sucesos dieron lugar a la revuelta popular de abril de 1965 y a la invasión norteamericana de ese mismo mes y año.