Respuesta :
La carta o epístola es un género muy flexible, que se presta a múltiples usos y clasificaciones. Desde el punto de vista del emisor, cabe distinguir cartas reales, apócrifas y ficticias.3 Por su interés literario, histórico o antropológico, algunos de los tipos más notables son los siguientes:
Carta a los Reyes Magos: en los países en los que está extendida la creencia de que los Reyes Magos traen regalos a los niños el día 6 de enero, es común que los padres animen a sus hijos a escribir a los monarcas una carta explicando qué regalos desean. La mayoría de los servicios postales aceptan estas cartas.4 5 Actualmente, los Reyes Magos reciben también correos electrónicos6 y mensajes dirigidos a su página web.7 8 Carta abierta: aunque tiene un destinatario concreto, el autor la envía a un medio de comunicación. Suele contener críticas o peticiones, y su publicación funciona como una forma de presión. Un ejemplo célebre es Yo acuso, de Émile Zola, carta abierta dirigida al presidente de Francia sobre el Caso Dreyfus. El escritor español Fernando Arrabal ha publicado varias cartas de este tipo (Carta al general Franco, Carta a Fidel Castro, Carta a Stalin). Carta al director: mensaje que el lector de una publicación periódica dirige al director de la misma, generalmente aportando puntualizaciones o críticas a alguna noticia o artículo de opinión aparecidos en la misma. Las publicaciones recogen una selección de estas cartas en una sección específica, reservándose generalmente el derecho a acortar el texto y negándose a aceptar misivas anónimas o pseudónimas.9 Carta apócrifa: es aquella que se atribuye, falsamente, a un autor célebre. Algunas cartas apócrifas, consideradas auténticas por muchas personas, han ejercido una influencia notable: tal es el caso de la presunta correspondencia entre Jesucristo y el rey sirio Abgaro V de Edesa que Eusebio de Cesarea incluye en su Historia eclesiástica. En los siglos XX y XXI, algunos autores recurren a la carta apócrifa como recurso literario: así, C. S. Lewis escribe Cartas del diablo a su sobrino (1942) y Fernando Sánchez Dragó publica en 2001 Carta de Jesús al Papa. Carta de amor: aunque se trata en principio de un documento privado, trasciende esta categoría para convertirse en un género literario específico, de lo que da fe la convocatoria de concursos de este tipo de cartas.10 La correspondencia entre Pedro Abelardo y su amante Eloísa puede considerarse un clásico del género.11 Desde 1937, en que llega la primera misiva, la ciudad de Verona recibe innumerables cartas de amor dirigidas a Julieta.12 Carta ficticia: es aquella que se atribuye a un personaje de ficción. El sofista griego Alcifrón es el autor clásico de este tipo de cartas, puestas en boca de personajes típicos o pintorescos, como parásitos y cortesanas. Carta filosófica: Epicuro, Séneca y otros autores grecolatinos utilizan la carta para divulgar sus ideas filosóficas. Voltaire retoma esta práctica en sus famosas Cartas filosóficas. Carta oficial: tiene como objetivo establecer o mantener una relación oficial entre personas o instituciones. Las Cartas de Amarna son un ejemplo célebre de este tipo de correspondencia. Carta privada: el epistolario de muchos personajes públicos consta de cartas privadas, dirigidas en principio a amigos o familiares. Sin embargo, posteriormente, generalmente de forma póstuma, estas cartas se han considerado de interés general y se han publicado. Tal es el caso, por ejemplo, de la Carta al padre de Franz Kafka y de las cartas escritas por el poeta español Antonio Machado a la poetisa Pilar de Valderrama ("Guiomar").13 Carta proemio: es aquella que sirve de prólogo a un libro. Así, las Geórgicas del poeta latino Virgilio se abren con una dedicatoria a su protector, Mecenas. Un ejemplo clásico de la literatura española es la carta de «El autor a un su amigo» que abre La Celestina, de Fernando de Rojas. Epístola en verso: su referente clásico son las Epístolas del poeta latino Horacio y las cartas en verso que Ovidio escribe desde el exilio (Pónticas). En el siglo XX, el poeta vasco Gabriel Celaya recupera esta tradición en su libro Las cartas boca arriba (1951). Novela epistolar: numerosas novelas incluyen cartas de alguno de los personajes. En la antigüedad tardía, Heliodoro y Aquiles Tacio usan ya el recurso. Cuando toda la novela (o al menos parte importante de ella) consta de una o varias cartas, hablamos de novela epistolar. Son ejemplos célebres Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos y Los idus de marzode Thornton Wilder.suerte