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VIERNES, 16 DE MARZO DE 2012 Capitalismo Financiero y Monopólico Desde fines de la Edad Media hasta el siglo XVIII se desarrolló el capitalismo comercial, proveniente de la inversión de capitales en operaciones comerciales a larga distancia realizadas por las compañías de comercio. El capitalismo siguió avanzando durante el siglo XIX en gran parte gracias al desarrollo de la industrialización. En la segunda mitad del siglo XIX el mundo entró en una nueva etapa de desarrollo industrial a la que correspondía una nueva forma de capitalismo financiero y monopólico, correspondiente al momento de la Segunda Revolución Industrial. El período comprendido entre 1870 y 1914 se caracterizó tanto por un notable crecimiento de la industria como por una tendencia a la concentración de empresas y capitales.
La industria para que fuera competitiva necesitaba importantes inversiones de capital, para ser invertidos en edificios, máquinas, sueldos. Pero estas inversiones ya no podían ser realizadas, como sucedía en la primera revolución industrial por un único capitalista o por una asociación de capitales familiares. Se necesitaba más capital, por lo que una solución fueron las sociedades de acciones o sociedades anónimas, en la que miles de ahorristas con su capital compraban acciones de una empresa, de esa forma cada accionista se vuelve copropietario de la empresa junto a los otros accionistas.
La acción le da cada año dividendos, es decir ganancias o pérdidas proporcionales al número de acciones que posea y de la situación económica de la empresa. La expansión que adquirió esta forma de asociación fue notable.
Como la libre competencia llevó a la multiplicación de empresas, esto obstaculizaba la obtención de mayores ganancias, por lo tanto surgen una nueva forma de conseguir capital: los monopolios, cuya expresión más clara fueron los trust y los cárteles. Monopolio: cuando una empresa es la única que ofrece un determinado producto el cual carece de sustitutivos y que además tiene un gran número de demandantes. Por lo tanto no tiene competencia. Los Trust son una concentración de empresas, una fusión, que pueden pertenecer o no al mismo sector económico y que dominan un determiado sector de la producción para evitar la competencia. Puede ser una concentración horizontal, en la que se integran empresas que se ocupan de una misma etapa de producción, o de una concentración vertical, es decir, empresas que dominan desde la extracción de materias primas hasta la venta de un artículo terminado. En ambos casos las empresas pasan a tener una dirección común.
Los Cárteles son uniones contractuales de empresas de igual rama de negocios, las que mantienen su independencia legal. El objetivo es la eliminación o restricción de la competencia, lo que se logra a través de acuerdos en al fijación de precios, reparto de mercados, entre otros. También se podía obtener capitales a través de los bancos por medio de créditos, inyectando de esa manera los capitales necesarios en los circuitos comerciales o industriales, acrecentando el proceso de crecimiento económico.
Pero los bancos no se conformaban sólo con prestar dinero, ya que si existía un buen negocio, éste pretendía intervenir en él. De esta manera, el capital bancario se convirtió en socio de la industria o de la empresa comercial. Las principales inversiones de los bancos se realizaron en los transportes, especialmente los ferrocarriles, en las comunicaciones (radio, periódicos), servicios públicos (tranvías, electricidad, gas, agua), la banca, seguros, y en algunos casos, en la producción directa de bienes, en especial los mineros.
Cuanto más dinero podían controlar los banqueros mayor era su poder. Este fue el origen del capitalismo financiero.