Respuesta :
Si establecemos una comparación entre un texto biográfico o histórico, donde se narran hechos reales y verificables, y una obra de ficción, cuyo contenido es netamente obra de su autor (p.ej. la saga de Harry Potter), estamos comparando la comunicación real de la imaginaria en la obra literaria.
El lenguaje real posee unas características bien definidas que le dan veracidad, o por decirlo así, le dan pertenencia al mundo real: el lenguaje real suele ser objetivo, claro y verificable, y su temática se ajusta a sucesos y eventos reales. Estos elementos se incluyen dentro del mensaje, que una persona (emisor) transmite a otra (receptor) bien sea verbal o por excrito.
El lenguaje imaginario muchas veces es indiferenciable de la realidad, pero de acuerdo a las características del mensaje y su contenido se puede apreciar que lo expuesto es fruto de la imaginación y subjetividad de su autor (volvemos al ejemplo de Harry Potter, donde J.K Rowlings crea un mundo mágico paralelo al real) que incluye lenguajes, y términos inexistentes en el mundo real.
Las obras literarias "imaginadas" o de ficción hacen uso de figuras literarias y recursos lingüisticos de los que se vale el autor para crearlas, demostrando la subjetividad de la obra, cuyo contenido no es verificable.
El lenguaje real posee unas características bien definidas que le dan veracidad, o por decirlo así, le dan pertenencia al mundo real: el lenguaje real suele ser objetivo, claro y verificable, y su temática se ajusta a sucesos y eventos reales. Estos elementos se incluyen dentro del mensaje, que una persona (emisor) transmite a otra (receptor) bien sea verbal o por excrito.
El lenguaje imaginario muchas veces es indiferenciable de la realidad, pero de acuerdo a las características del mensaje y su contenido se puede apreciar que lo expuesto es fruto de la imaginación y subjetividad de su autor (volvemos al ejemplo de Harry Potter, donde J.K Rowlings crea un mundo mágico paralelo al real) que incluye lenguajes, y términos inexistentes en el mundo real.
Las obras literarias "imaginadas" o de ficción hacen uso de figuras literarias y recursos lingüisticos de los que se vale el autor para crearlas, demostrando la subjetividad de la obra, cuyo contenido no es verificable.